El té es de los productos cuya industria es uno de los principales ejes económicos tanto en el comercio internacional (exportación/importación) como en la ocupación de mano de obra en sus diferentes etapas de elaboración, es una importante generación de puestos de trabajo, dando batalla a la pobreza propia de los países donde se encuentran las plantaciones ya que sus economías están en vías de desarrollo.
Para obtener resultados que mejoren la producción y aumentar el consumo de té, y de esta manera actuar en la disminución del hambre y la pobreza en estas áreas de la geografía mundial, la Asamblea General de la ONU estableció el 21 de Mayo como la fecha de conmemoración anual del «Día Internacional del Té»; de resolución del año 2019, comenzó a celebrarse a partir de mayo del 2020; con el fin de fomentar la producción de manera sostenible, divulgar su componente cultural, los beneficios que aporta para la salud y el papel protagónico que ocupa en la economía de las regiones productoras, actuando sobre la necesidad de mejora de los componentes de la cadena de valor.
Además. están orientados a que la producción y elaboración contribuyan en cuatro (4) de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
- Objetivo 1: Reducir la pobreza extrema
- Objetivo 2: Luchar contra el hambre
- Objetivo 5: Igualdad de género y empoderamiento de la mujer
- Objetivo 15: Uso sostenible de los ecosistemas de la tierra
En la actualidad, el té se cultiva en zonas rurales en países de alta densidad poblacional, sustentando a más de 13 millones de personas como principal fuente de recursos.
Se le conoce principalmente por su tipo de consumo en forma de infusión, resultando ser la bebida más antigua y de mayor consumo en el mundo después del agua.
Existe una diversidad de variedades que son el resultado de la técnica de oxidación y fermentación que se aplique.
Origen del Té
Según la leyenda, hace más de 5000 años, el emperador chino Shen-Nung, quien padecía de un sin número de enfermedades ya que se avocó a probar hierbas con fines medicinales, encontrándose en el camino con venenos, ordenó hervir toda el agua que estuviese destinada al consumo humano.
Accidentalmente, un día cayeron hojas de un árbol silvestre dentro del agua hirviendo (si, de Camellia Sinensis -té-) y el emperador, al sentir el aroma que desprendía, decidió beberla, sin siquiera imaginar que en poco tiempo se convertiría en una bebida de consumo global.